¡Ten cuidado con las espigas!

¡Ten cuidado con las espigas!

Con la llegada del buen tiempo y la subida de las temperaturas nos encontramos con un peligro presente en casi todas las zonas verdes a las que acudimos con nuestros perretes: las espigas. 

Cuando las espigas amarillean, se sueltan con el viento o con un simple roce y tenemos que evitarlas dentro de lo posible y aprender a prevenir que puedan causar problemas a nuestro peludo. 

Tenemos que tener en cuenta que nuestro perro camina con la mayor parte de su cuerpo a la altura de las espigas y que fácilmente se pueden quedar enganchadas en cualquier parte de su cuerpo. 

Si vemos una clavada sólo por la punta, podemos retirarla con mucho cuidado y desinfectar la zona, vigilando que no se produzca ninguna infección. 

Puede ocurrir también que la espiga se introduzca en alguna zona no muy visible y que se meta por completo bajo la piel. En este caso, sería necesaria la intervención veterinaria lo antes posible para retirarla y desinfectar toda la zona. 

También es muy común que las espigas se introduzcan entre las almohadillas de nuestro perrete, lo que podremos advertir si aparece cojera,  no apoya la pata o se la lame constantemente. Revisa siempre sus patitas tras un paseo por el campo para detectar cualquier espiga que haya podido quedar ahí. 

Es habitual también que las espigas puedan introducirse en ojos, produciendo grandes reacciones, dolor e inflamación. En la nariz, lo que provocará que el perro estornude fuerte e incluso le puede provocar sangrado nasal. En los oídos, especialmente en perros con las orejas largas y caídas, provocando mucho malestar y que sacudan fuertemente la cabeza. En las axilas, vulva en las hembras y prepucio en los machos. 

En todos estos casos, acude a que tu perrete sea examinado por un veterinario para asegurar la correcta extracción de la espiga y evitar males mayores.